jueves, 27 de marzo de 2008

Baja transitoria escalofriante

Resulta que como suele ser típico en estos casos, me pasé las vacaciones de semana santa sin dar palo al agua practicando el deporte de riesgo del sillong-ball. Al fin me pude poner al día con mis famosos DVD temáticos (lo malo es que las series aun las tengo a medio ver).
El sábado, la mitad de mis 2 mejores amigos (o sea mi mejor amigo smog) me requirió para una timba de cartas (esto es la amistad, nada de "¿quedamos luego?", no, no. "quedamos a las 9 que hay timba de cartas").
Lo curioso fué que ya de bajada a la cafetería notaba yo cierto fresquillo nocturno, que lógicamente me pasó al ponernos a charlar de nuestras cosas, los bocatas, las cartas etc. Pero luego, al volver a casa, volvió el fresquillo, esta vez acompañado de sableadas por el cuello abajo. No le dí mayor importancia, tampoco es que notara tanto frío.
Peeeero, el domingo, me desperté con un monumental incubamiento de resfríado. Esta es una de las fases mas divertidas de un resfriado, caracterizada por sudores fríos, ganas de nada, cansancio etc, etc.
El domingo pasó y el lunes ya notaba yo cierta mejoría, por lo que allá me fuí a mi cubiculo ejercer de neurocirujano. Sin novedad en el frente, salvo algun que otro "tosido de ultratumba con vientos de 250km/h". El miedo en el cuerpo me lo metió el dolor gastroduodenal, ya que el viernes mi hermana se quedó todo el día en cama sin probar bocado (aprovechando lo cual yo me hice unos spaghettis a la carbonara de chuparse los dedos).
El martes si que estaba yo para el arrastre, por lo que a media mañana le dije al jefe que me personaría delante del doctor a ver si me recetaba algo. Gracias a la luz, no fué doctor, que fué doctora y despues de auscultarme todo lo auscultable, llegó a la misma conclusión que llevaba yo anotada, resfriado. Cuando me dijo que del estomago nada, que eran simples molestias ya me alegró el día, así que ahí ya contraataqué yo con mis "deseos como persona humana de no ingerir medicamentos recetados por la sociedad capitalista de hoy en día que no está acostumbrada a sufrir un poco por un bien mejor".
Al final me dejó en libertad, y sin receta, tras prometerle que me bebería el equivalente a 1 metro cúbico de agua al día, abrigarme, no exponerme a las corrientes de aire etc.
El miercolés volví al trabajo mas recuperado, pero con una tos persistente. Con ganas de asesinar a todos los que me empaquetaban quehaceres que no tenían ninguna prisa.
Y hoy, jueves, ya es el día maravilloso por excelencia. Mañana es viernes, comienza el fin de semana que me pasaré "in the sofá" poniendome al día con las series (posiblemente house y anatomia de Grey, como es tradicion en mis enfermedades). Llevo todo el día moqueando moco transparente (ya se sabe, si el organismo expulsa moco es que la enfermedad remite, y si es transparente es que no hay infección). Son las 4 de la tarde y ya llevo 2 paquetes de pañuelos de papel.
Para resistir toda la tarde sin dormirme, llevo entre pecho y espalada un chupito de aguardiente de hierbas, 2 litros de agua con limón, ademas de estar preparado con 200 caramelos de todos los sabores, 2 paquetes de pañuelos de papel, 2 botellas de agua y numerosos informes por sellar por triplicado con filminas de colores y estampados de diseños.
Y con esto, espero cumplir con mi resfriado anual, con lo cual, hasta el año que viene no toca otro.