viernes, 28 de julio de 2006

Amigo

A veces, en esos días que estas melancolico, discurres en lo que normalmente das por sentado. Igual que cuando estas tontorrón te paras a pensar que el año que viene te vas a disfrazar de florecilla silvestre (de 1'81 de estatura pero florecilla y muy sensible, por cierto).
Hablaremos hoy, queridos contertulios, de una de estas divagaciones metafisicas que como diría Hommer Simpson "Estabamos yo y mi amigo Barnie Gamble debatiendo sobre Schopenhauer, tomando un te con pastas y jugando al Backgammon en el club de caballeros...".
El caso es que el otro día andaba yo filosofando despues de ver un documental sobre la pesca del salmon noruego en las costas escandinavas de la baja Sajonia, la perla del caribe, entre Honolulu y Tumbuctu. Y así, en posicion horizontal y paralelo al sofá (es que a veces floto, jeje) divagaba sobre amistades y los lazos empaticos que estas generan. Hay que tener en cuenta, lo primero, que dentro de la amistad encontramos desde los simples conocidos hasta los amigos intimos quedando entre estos dos extremos una ingente cantidad de variedades. Hoy voy a referirme, como diria Forrest Gump, a mi muy mejor amigo.
La nuestra es una de estas amistades que no se sabe bien como comenzaron porque se pierden en los albores de los tiempos (concretamente creo que fué en el cretácico aunque no estoy seguro si en el tardío o en el naciente). Nos conocimos en el colegio por lo que compartimos profesores, recreos, examenes ...
Durante un tiempo nuestros caminos se separaron la fuerza nos reunió de nuevo ("La Fuerza es un campo de energía que surge de todas las cosas vivas. Nos rodea y mantiene unida la Galaxia" Obi Wan Kenobi).
Tras tanto tiempo compartido se ha creado una empatía de primera. Llegados a este punto no hace falta que digamos nada muchas veces porque con solo vernos la cara que ponemos llega. Una mirada, un movimiento de oreja, una sonrisilla y nos trasmitimos pensamientos mentales. Tambien conocemos el truco de trasmitirnos el pensamiento hablando pero seguro que no me creeis así que paso de explicar como se hace.
Esto es lo bueno de los amigos de tanto tiempo, aunque la confianza da asco, la amistad esta por encima de todo. Lo cierto es que ya lo sabemos todo uno del otro por lo que no nos asustamos, sorprendernos si, pero asustarnos no. Podemos ir de camping, a la playa, a un concierto, tirarnos en una cafetería a debatir sobre la reproducción del gorgojo de la patata, cenarnos una pizza despues de una buena peli de miedo, irnos de copas...
Es una de esas razones que le da sentido a la vida.
Y aun por encima tambien toca la guitarra, jeje, pero esta es otra historia y la contaré en otra ocasion.
Para ti, Gwaihir, señor de los vientos

miércoles, 19 de julio de 2006

El ultimo amanecer

Amanece, despacio y breve, como todos los amaneceres. Igual que un cigarrillo de pelicula francesa, que se quema breve y despacio. Se que es una antitesis pero los amaneceres son así, y lo dice alguien que ha visto muchos amaneceres. Todo parece suceder a camara lenta, y en un aleteo de pestañas todo acaba y lo vivido se difumina. Igual que los besos de amor, el mundo desaparece quedando solos los dos, pero cuando termina parece que solo fué un instante.
Una amiga me dijo un día que la mayoría de la gente prefiere el atardecer. Y no es algo que tenga que ver con romanticismos o con nada subjetivo. Todos eligen el atardecer porque el ser humano tiende hacia los finales. Busca una finalidad, el finito, un limite, una definición.
Pero a mi me gustan los amaneceres. El alba anuncia siempre un nuevo día. La tierra se despereza como una gata dormilona, se estira y poco a poco camina de nuevo. Un amanecer tambien da sorpresas. Te puede sorprender caminando en la oscuridad y de repente te permite ver ver caer los copos de nieve, fríos besos y caricias de madrugada, poder ver la lluvía que cae como lagrimas del cielo, o incluso ver como la niebla te envuelve, fiel como una amante gallega. Vuelves a ver colores, de nuevo sientes el aire en la piel. La mar, mujer fiel que marea tras marea vuelve a ti. Disfruto del amanecer, tumbado en la playa, oyendo el rumor de las olas, las aves marinas y esperando que se despeje el horizonte de negrura. Con el alba ves como la oscuridad es vencida otra vez por la luz. Y eso para un señor de la luz es mucha felicidad...
¿Pero y si fuera este el ultimo amanecer? Significa eso entonces que moriré antes de ver el alba, sin ver un nuevo día. No se a que hora, pero no habrá un mañana, no habrá futuro, todo acabará en un presente. No estaré en algun otro lugar, pensando de nuevo si será el ultimo amanecer.
El amanecer me llena, me llama, me gusta y me ilumina. Caminar bajo las ultimas estrellas. Ver como se apagan igual que si no estuvieran allí, lejos en el espacio o en el tiempo. Y cuando al fin solo queda la ultima, la estrella Polar, la dama mas brillante del firmamento. Entonces no hay mejor lugar para estar que en mi tierra. Bosques de Galicia, o en sus primos y hermanos de Cantabria, País Vasco, Aquitania, Bretaña, Normandía, Inglaterra, Gales, Escocia, Irlanda... Raices druidas perdidas en el olvido. Niebla y arboles.
Sucede entonces, que entre la niebla, de repente la luz vuelve a combatir a la oscuridad. No parece capaz de lograrlo una luz tan leve frente a una oscuridad tan inmensa, y el mundo titila ante los ojos del que pueda verlo. En un latido todo acaba y la luz vence otro día mas, otro amanecer mas. Los colores, igual que una ola en la marea se deslizan de repente tiñendo el apagado blanco y negro, pasando a una paleta de verdes y azules. Tierra y mar, alma de nuestra tierra. El sol aun no hace acto de presencia pero el aire vibra calentandose ligeramente y ya en el horizonte todo cambia, preparando la llegada del aun joven astro rey.
Y es en esa hora que yo sonrío, porque igual que el atardecer es el anuncio de la noche eterna, el alba es el anuncio de un nuevo día, el mas importante de mi vida, hoy. Mi corazon sigue latiendo, flexiono mis dedos y me devuelven mi propio tacto, frío pero vivo. Mis ojos ven la luz, mis oidos oyen, sonrío, estoy vivo, otro amanecer y pienso ¿será el ultimo?.
Pero no hay tristeza, porque mi luz aun no se apagó. Sigo brillando y sonriendo, y nada mas importa. Siempre es divertido caminar por este valle de sombras ahora vencidas, esperando el amanecer y sonreir... todos los días de mi vida, sonrío... nacido con alas de luz, sonrío...