domingo, 5 de agosto de 2007

Fiestas de guardar

El verano ha venido, y yo no se como ha sido. Con un poco de retraso respecto al horario intermedio previsto, pero al final esta aqui. El calorcillo, las noches de suave brisa que acarician la piel. Esa mano invisible que agita los árboles de las avenidas. Las veladas en las terracitas, las siestas ardientes, los helados, la playita.
Y como todos los años, este sabado nos desplazamos al pueblo de un amiguete para respetar una de las fiestas gastronomicas que distinguen a Galicia en verano.
Cuatro machurrones apiñados en un coche. Desplazandonos a una velocidad constante, y prudente, desde la gran ciudad (es un decir) hasta un pueblecito mas pequeño. Las tipicas anecdotas de los coches con cuatro maromos dentro. Calor, mucho calor. Conversaciones a grito pelado porque entre la musica y el aire de las ventanillas no se oye nada. Discusiones de anecdotas pasadas, haciendo hincapié en los posibles fallos y/u/o errores cometidos, y todas esas cosas.
Al final aparcamos en una larga avenida (por decir algo) y nos encaminamos hacia la fiesta jolgorrio. Los farolillos, los coches de choque, la orquesta probando (si, eh, si, eh, uno, uno, ssssssssssssi, eeeh). Y las colas, las inmensas colas para comer.
Menos mal que somos gente experimentada y si vamos cuatro no es por casualidad. Segun llegamos, y sin mediar palabra nos repartimos estrategicamente. Dos en la cola de pagar y dos en la cola de recoger. A los 5 minutos los de pagar ya han cumplido y vuelven con los papelillos. Cuatro raciones de anguilas fritas, dos de empanada de anguilas y una de vino.
Y se marchan a no se donde, por no se que. Los dos que quedamos, departimos amigablemente, mientras la cola va avanzando. Diez minutos después, cuando ya estamos a puntito de que nos toque, y haciendo un rápido cálculo mental, llego a la conclusión de que:
A) Tenemos que sostener 2 platos de 2 raciones de anguilas fritas, mas uno de empanada, mas el pan y el vino (los vasos y las servilletas no pesan, además de que los vasos tienen su técnica y yo la conozco).
B) Tenemos cuatro manos entre los dos, y los platos de anguilas seguro que estan calentitos, por lo que ayudaría mucho otro par de manos. Ya estaba por llamarlos cuando aparecen con no menos de 27 botellines de agua. Al final parecíamos un comando, botellines de agua en todos los bolsillos, enganchados bajo el brazo, y en cualquier sitio que se tercie. Uno lleva el pan y las servilletas, dos se ocupan de las anguilas fritas que estan calentitas, y a mi me toca el vino y la empanada. La técnica que antes relataba del vino, consiste en poner los vasos de plástico, boca abajo, en la cabeza de la botella. Asi son sencillisimos de llevar y prevenimos que entre cualquier objeto extraño en el vino.
Justo cuando nos tocaba recoger soltamos los chascarrillos de siempre "¿que se han acabado?" (los que están cerca ponen caras), "oye, el siguiente que pase haz como que vas a probar una anguila a ver que hace", "el pan, pide el paaaaaaan".
Luego viene la segunda parte. Despues de las colas hay que localizar un cachito de mesa libre. Sillas ya no pedimos, porque los pocos sitios que hay con derecho a asiento estan demasiado cotizados (para sentarse hace falta una motosierra o una escopeta). Y al fín, con todos los platos aposentados en la mesa, y nosotros dos a cada lado, comenzamos a papear sin vergüenza ni pudor ninguno. Comiendo a dos carrillos, partiendo la empanada con las manos, discutiendo para quien es cada trozo de empanada. Disfrutando del vinito blanco gallego, fresquito y afrutado.
Cuando nos ventilamos casi todo, fuímos a buscar tres raciones de "pulpo a feira", porque nosotros, si vamos a una feria, pimpamos pulpo, o no vamos.

Y ya con la gusa vencida, la noche se tornó estupenda, mágnifica. La vuelta fué otra odisea, porque coincidió una canción de reggeton, que nos sabemos un fragmento de la letra (el estribillo vamos) y tenemos una anécdota con la citada canción. Así que allí nos pusimos a cantar (al principio), a grito pelado dentro del coche, y al final ya degeneró en aullidos, jadeos, ladridos de perro, ululares y sonidos varios. Una noche estupenda vamos. (Hay pruebas en video, que no se ve nada, pero creo que se oye).

3 comentarios:

vainilla dijo...

Que buenas las fiestas de los pueblos, a pesar del follón y de la incomodidad esa comida tiene un sabor especial que en otras condiciones no se disfruta tanto

Xtebra dijo...

Ya te digo. Con unos amiguetes de los buenos, un autentico festin de dioses.
Otra cosa no tendremos, pero eventos gastronomicos en Galicia durante el verano ...
Nuestro siguiente objetivo es la fiesta del "pulpito a feira" (pulpo a la gallega vamos)

Toxcatl dijo...

suena interesante, por aqui trabajamos mas la pancetita la morcillita y esas cosas.-