Estas cosas solo me pasan a mi

El otro día, anteayer concretamente, tuve un día de los que llamo "días estupidos". Un día estupido se caracteriza en mi vida porque mi capacidad de atraer a la suerte, ya bastante alta en mi persona, se acentua, junto con la extraña capacidad de ser capaz de pintar la mona en cualquier circunstancia y lugar.
Soy odiado por mis amigos, porque con esa suerte tengo un elevado porcentaje de exito en importantes tareas de la vida cotidiana como son los juegos de cartas, los dardos o simplemente tomar un autobus.
El día ya comenzó mal porque tuve una pesadilla de tres pares. Y no hace falta soñar con algo sanginario u/y/o terrorifico para pasarlo mal. Pero destrozó mi ya maltrecho corazon, (y yo sin el aipoz para esos días en que estas sensible, iiiiiiiiii).
Completamente empapado y roto me desperté de golpe a las 5:43 de la mañana y ya no conseguí pegar ojo, hasta que era hora de levantarme y me quedé dormido. Menos mal que Elvis me llamó al mobil y me desperté al ritmo de "you were always on my mind" osease "siempre estuviste en mis pensamientos" (para rematarla vamos).
Estupido como andaba al despertarme, en vez de usar gel me froté la cabeza con la crema hidratante de cabello, olor vainilla de mi hermana. Cuando me dí cuenta en vez de usar la cabeza (usarla bien me refiero) y aclarar con agua, usé champú axe, que añadí al extraño engrudo que había logrado con mi pelo y la crema hidratante de marras. El resultado final fué un peinado tipo susto, eso si, un cuello hidratado que me pase el día sobandome a mi mismo el cuello.
Luego en vez echar leche en un tazón y luego acuchararlo con nesquick, eché gaseosa que junto con el nesquick y unos cereales conseguí superar el engrudo de la ducha pero con creces. Y como me daba pena tirarlo lo probé, no sea que estuviera o estuviese bueno y me hiciera rico, pero no, no me voy hacer rico con esa receta.
Me puse los deportivos mas gastados y comodos que tengo. Además como tenía el día estupido pase de mirar si llovía, para que. El día no era para tirar cohetes pero tampoco estaba mal. Pero enseguida degeneró en un día realmente lluvioso. Menos mal que de pura suerte me pasó el autobus segun llegaba a la parada. Además con la lluvia estaba lleno hasta la bandera por lo que la gente se apelotonaba toda. Y a mi, en vez de arrimarseme alguien normal, me tocó una joven impresionante que usaba una de mis colonias femeninas favoritas, Edén. Y lógicamente al usar Edén, me llevo a los paraisos porque una de las peculiaridades de dicha colonia es envolver al usuario y a quien se acerque en un embriagador extasis olfativo. Si no solo estas cerca sino literalmente encajado entre un lateral del autobus y la usuaria que se te abalanza encima poco puedes hacer salvo oler a Edén todo el día. Por si fuera poco yo intentaba separarme un poco de la chica pero esta no hacía mas que arrimarse (sería el axe).
Debidamente perfumado me dejé caer en la oficina, donde las cosas no fueron mal de todo salvo una chica de otra oficina, con una voz dulce y aterciopelada con la que estuve de chachara 10 minutos. Como tenía que mandarle unos papeles y viendo el día que llevaba se lo encargué al becario. El cual me comentó posteriormente que no solo era increiblemente salada (ya lo sabía de la conversación telefonica) sino que ademas era increiblemente guapa y con unos ojazos.
A la tarde y ya en el gimnasio, rodeado de mi aura luminosa de siempre, a la cual se le añadía un aura paradisíaca a resultas de la cual olía maravillosamente a Edén, me disponía yo a sudar la gota una horita cuando veo que se me olvidó el pantalón corto. A mí, que reviso la mochila siempre siete veces y suelo llevar tropecientas cosas solo por los "y si?".
Claramente abatido, tomé el primer autobus urbano que encontré, me senté en una esquina junto con mi amiga, la fragancia paradisíaca, y me fuí para casa.
Lo peor fué haciendome un bocata para la cena. Ya dispuesto para leer un rato en la cama y dormirme. Con una camiseta violeta chunga, unos calzoncillos rojo pasión con topitos blancos, un cuchillo en la mano y un corte en el dedo. Casi me rebano el dedo por cortar un queso manchego de estos duro como un piedro. La cuestión fué que en el mismo instante que me corté, exclamé un "carallo", solté el queso y me chupé el dedo. Pero en ese mismo instante mi afamado cerebro procesó que si el queso impactaba con el suelo, segun el angulo de aproximación visible y con una velocidad ligeramente acelerada debido a la gravedad (del susto casi lo mando al techo) posiblemente el queso quedaría reducido a queso en polvo. Así que no se me ocurrió nada mejor que emular a un samurai y ensartarlo con el cuchillo. Claro, el cuchillo esta muy bien afilado y es grande, pero tambien es el que una vez calló de punta y se fué dicha punta a feir esparragos. Lo cual quiere decir que cuando estaba yo en plena pose tigle y dlagón, en vez de ensartar el queso, lo mandé al canasto de la fruta.
No os quiero ni contar la cara de mi madre cuando entró en la cocina y me encontró en semejante pose, con el cuchillo en tensión, chupando un dedo, y el queso en el frutero.
Resignado dejé el bocata y me fuí a la cama a soñar con la chica del perfume de marras.