sábado, 6 de enero de 2007

Un domingo cualquiera

Hoy es un bonito día, como cualquier otro en que siga vivo. Porque si no sigo vivo no es que sea malo, es que no me entero. Pero vamos a dejar el dema de las disquisiciones filosóficas para otro día.
Hoy me levanté contento (normal porque ayer me puse ciego a zumos de piña, que me tiré casi media hora en el minjitorio). El caso es que me notaba algo pesadete, culpa fijo de haber cenado macarrones, empanada, cocido, junto con el consabido roscón de reyes (casi rompo un diente con el muñequito sorpresa) y los restos de turrón.
Así que para aligerar un poquillo me bajé a comprar el periodico a eso de las 8 de la mañana. Luego una carrerita para abrir el apetito, pero es que me emocioné y acabé en vigo. Con el hambre que pillé y como pasaban 10 minutos de las 8 y cuarto me paré en un bar del puerto para tomar un ligero tentenpié. Un pinchito de chipirones, unas navajitas, 2 o 3 necoras, un par de centollos, 4 kg de percebes y unas vieiras a la plancha.
Ya que estaba me tomé carrerilla y salté hasta las ciés para sacar unas fotitos a los bichos de por allí. Cormoranes moñudos, gaviotas patiamarillas, araos ibericos, tórtolas...
Y entonces me despierto... vaña sueños que tengo

3 comentarios:

Toxcatl dijo...

Igual es que estas desnutrido.-

Burnout. dijo...

¿Y no soñaste que te devoraban los pastelillos como al de la peli, tragón?
Con todo lo que has zampado lo que me extraña es que no tengas pesadillas.
A estas alturas del curso una espera después del empacho cagar peladillas...
Un saludo.

Toxcatl dijo...

Pasate por mi casa, que te he dejado recado y tal...